De esta manera podríamos interpretar la obra como la inclusión de elementos que parecen oponerse fuera de este espacio pictórico, en un paralelo de acciones que estallan continuamente. Los cuerpos fragmentados, de esta oposición, conceden formas orgánicas irreconocibles e invisibles para el espectador al igual que el campo o espacio en el cual se sostienen estos cuerpos, y es en la mancha de pintura donde se rescatan del lugar cotidiano que los invisibiliza.
Los espacios donde circulan tienden a deslizarse inacabadamente, es decir, se expanden en un caos de grietas como portales de algún tiempo y espacio inexplorado, son mundos dentro de otros mundos, así los fragmentos, los cuerpos y el espacio hablan de lo cotidiano; y al plasmarse plásticamente (pintura) reaccionan de manera espontánea, gestual y viva.
Escalera del tiempo
2009
70 x 78 cm.
óleo sobre tela.
Disputa por el alambrado (díptico)
2009
100 x 50 cm.
óleo sobre tela.
Evolución del fuego (tríptico)
2009
36 x 12 cm.
óleo sobre tela.
El bebedor de leche
2009
24 x 24 cm.
óleo sobre tela.
Mujer descansando
2009
148 x 148 cm.
óleo sobre tela.
Mentir ante un espejo
2008
83 x 83 cm.
óleo sobre madera.
Hombre fumando letras
2008
50 x 70 cm.
óleo sobre tela.
Hombre histérico
2008
30 x 40 cm.
óleo sobre madera.
200740 x 32 cm.
óleo sobre madera.
Retratos (tríptico)
2008
40 x 60 cm. óleo sobre tela
Paisaje
200752 x 32 cm.
óleo sobre madera.
Hombre comiendo un corazón cuadrado
200774 x 56 cm.
óleo sobre madera.
Sunami
2007
100x 80 cm.
óleo sobre tela.
Fueguito de invierno
2009
12 x 12 cm.
óleo sobre tela.